domingo, 17 de enero de 2016

Muerte al antropocentrismo.

En los inicios de la civilización, el ser humano siempre ha sentido ser el centro de atención ante cualquier ser vivo o circunstancia. En el S. XVII Galileo presentó una idea revolucionaria dentro del conocimiento científico: La Tierra no era el centro del universo, el Sol no daba vueltas a nuestro al rededor sino que era nuestro planeta el que daba vueltas al rededor de esta estrella, al igual que otros planetas. Durante este tiempo parecía que todas aquellas ideas que dejaban de ofrecer protagonismo a la vida humana, las que se alejaban del antropocentrismo, debían ser rechazadas.

En la actualidad la mayoría de la población sigue sintiéndose superior a cualquier especie animal, naturaleza vegetal o incluso hacia otras etnias. Innumerables veces hemos oído hablar de la posible vida fuera del planeta Tierra, la cual muchas veces se sigue negando como se solía hacer en el S.XVII. Seguimos queriendo ser el ombligo del universo.

Existen trillones de planetas, cuatrillones formas de vida diferente, trillones de células diferentes, cuatrillones de estrellas...

¿Por qué nos resulta a veces tan imposible la vida fuera de nuestro planeta?

Lo más probable es que en más de algún planeta, a muchísimos años luz, o quien sabe, quizás más cerca de lo que creemos, existe vida. Esta idea siempre la he pensado pero nunca podría haber asegurado que se tratara de posible vida inteligente, no antes de mi viaje a México en Septiembre de 2015, el cual redacté en mi primera entrada del Blog.

Puede que después de leer esta entrada algunos consideren que estoy loca, otros consideren que simplemente me estoy inventando una historia, otros que me he fumado a vuestra amiga María, otros quizás consigan creerme un poco, otros quizás puedan coincidir conmigo en algunos aspectos, pero de lo que estoy segura es que si no habéis vivido algo parecido no me podréis creer al 100%. Más que nada porque yo tampoco podría si estuviera en vuestra situación. Simplemente me remito a contar mi historia, no me importa lo que podáis pensar de mi o mi historia. Desde que tengo uso de razón me gusta ser transparente y sincera, por ello consideraba oportuno compartir con todos vosotros esta experiencia, sin importarme más allá si me creéis o no.



En Veracruz, México, empezó esta historia. Al llegar a aquel lugar, la gente consideraba normal hablar de vida extraterrestre. El caso es que ese tema me asustaba y cuanto menos supiera mejor podría dormir por las noches. Una de esas noches en las que realizamos un recorrido nocturno para controlar las acciones de los cazadores furtivos y poder ver alguna que otra ''mamá tortuga'' para asegurar que sus huevos permanecían en un lugar adecuado empezamos a tomar algunas fotografías de ese momento.





Me gustaría que observarais esta última, cualquier detalle del cielo...



Si os habéis fijado bien, en la esquina izquierda superior se aprecian algunas luces verdes y rojas. Al día siguiente de empezar a ver las fotografías nos fijamos en ellas. En aquella playa desierta no hay nada que pueda asemejarse a estas luces, excepto algunos pósteres de vigilancia que no se encuentran en aquella dirección.

La siguiente fotografía fue 30 segundos después, en la cual ya no se aprecia ninguna luz.



Mi compañero de aventura, Yago, insistió mucho en esta fotografía, le preguntó al director de la fundación innumerables veces hasta que este se decidió a hablar. Yo no quise escuchar toda la historia, más que nada porque quizás no quería creerla del todo.

Con el paso de los días, una madrugada, a las tres de la mañana exactamente, me tocó apatrullar con el Quat, acompañando al director de la fundación, Ricardo, por los 20 kilómetros de playa desierta, escenario preferido de las tortugas marinas para poner sus huevos. De repente, Ricardo apagó el motor, le pregunté qué pasaba y simplemente me dijo que me sentará junto a él en el arena, encima de una toalla que había extendido. Me señaló al cielo y entonces fue cuando mis ganas de ver tortugas se transformaron en ganas de estar en una cama bien calentita.

Al principio solo veia intercambio de luces rojas, blancas y verdes. La blanca siempre daba vueltas rodeando al objeto que parecía moverse en el cielo, el cual estaba pasando de un lado a otro de la playa. En ese momento no creía lo que estaba viendo, tenía más miedo que cuando abrí los ojos el día de mi nacimiento, pero en el fondo quería seguir pensando que sería un avión raro que quizás había modificado su recorrido.

En ese momento Ricardo decidió contarme su historia. Compartió conmigo momentos de su infancia, en los cuales me aseguró que veía a su padre hablar con seres diferentes, mediante dibujos en la arena. También compartió conmigo que una noche de patrulla, en la cual participaban más de 20 personas, una nave pasó muy cerca de la playa y la mayoría de troncos se movían a su paso, los voluntarios se alarmaron y fueron hacia el campamento. Ricardo me contó que él quería ir más allá y decidió coger la moto de cuatro ruedas e ir hacia aquella luz. De esa noche no recuerda nada, simplemente se despertó a las 11 de la mañana sentado en su moto.

Después de su historia, la cual seguía sin querer creérmela, empecé a creérmela cuando me dí cuenta que tenía a un hombre de casi 50 años temblando a mi lado. Al poco tiempo continuábamos mirando al cielo y apareció otro objeto igual que el anterior, con la misma alternancia de luces. Esto no era nada nuevo, pero lo fue cuando nos dimos cuenta que la nave anterior estaba esperando a la segunda. Me sorprendió más aún que apareciera una tercera, la cual también estaba siendo esperada por las dos anteriores. Finalmente las tres formaron una flecha y al poco tiempo dejamos de verlas. Podréis llegar a la misma conclusión que yo llegué en ese momento: No podían ser aviones, los aviones no se juntan, se intentan separar. Además, aquellas luces tampoco eran de lo más corriente.

Pasaron las horas y nos quedamos dormidos en aquella toalla, queríamos que amaneciera. Cuando empezó a salir el Sol decidimos empezar aquello por lo que habíamos empezado nuestro camino, a buscar a nuestras tortugas. A la vuelta hacia el campamento, después de horas de sol y la recogida de bastantes huevos con indicios de nueva vida marina, llegó la hora de comer. En esta comida pudimos compartir platos con una de las dos personas que fundó hace más de 50 años aquella fundación, la madre del director actual. Contamos nuestras aventuras de la noche anterior y ella compartió con nosotros su historia.

Hace años, cuando ella dirigía los caminos de vigilancia nocturnos a lo largo de la playa, aseguró que una nave iluminó gran parte de la playa por donde ella andaba con el resto de voluntarios. Decidieron cogerse de la mano, y contó que ella no fue capaz de ver a las demás personas tal cual nos vemos siempre, veía sus huesos como si aquellas luces fueran rayos X. Toda esta historia la tenemos grabada, pero no he considerado oportuno subirla a Internet.

A partir de ese momento, Yago y yo solíamos preguntar a cualquier persona sobre este asunto, la verdad que de manera sorprendente todas las personas respondían con total normalidad, allí el tema extraterrestre convive con ellos como si fuera un tema normalizado. Un taxista nocturno nos contó también su experiencia. Él vio los mismos objetos que yo, ya que describía las mismas luces y las mismas agrupaciones que yo ví. Me sorprendió que, sin yo decirle nada, él contó lo que yo había visto días anteriores.

En fin, no puedo asegurar que exista vida inteligente, ya que no he podido comunicarme con ningún otro ser. Me remito a contar mi historia y las experiencias que aparecieron en ella, al igual que las vivencias que otros me compartieron. Después de aquel viaje he considerado que alguna de las dos opciones siguientes puede ser la correcta, ya que lo que tengo muy claro es que los aviones jamás se acercan entre ellos:
  1. Existe vida inteligente fuera de nuestro planeta.
  2. El gobierno se dedica a realizar estas patrullas.

Sea lo que sea, considero que debemos pensar más allá del antropocentrismo del siglo XVII, estamos en pleno siglo XXI y a pesar de tantos avances científicos, la vida fuera de nuestro planeta parece un tema tabú, como si debatirlo fuera una locura. Considero que ya es hora de despegarse de aquella idea tan clasicista y dejar de ser el ombligo del universo para intentar ser el cerebro de este, sin olvidar que existe la posibilidad de no ser los únicos que pueden ocupar este lugar.




Correo para cualquier sugerencia: lauranocete@gmail.com
Instagram: @laura_npellicer

'' Pegaría con superglú la fecha de caducidad de mi yogur al egocentrismo. ''

L.





ENGLISH


At the beginning of civilization, man has always felt to be the center of attention at any living thing or circumstance. In S. XVII Galileo introduced a revolutionary idea in the scientific knowledge: The Earth wasn't the center of the universe, the sun isn't spinning around our planet but which was spun around this star, as other planets. During this time it seemed that all those ideas that stopped providing prominence to human life, if these moved away from anthropocentrism, these should be rejected.

At present, the majority of the population still feels superior to any animal species, vegetable nature or even to other ethnicities. Countless times we have heard about the possible life outside Earth, which often continues to deny as it used to in the S. XVII. We still want to be the navel of the universe.

There are trillions of planets, quadrillion of different life forms, trillion of different cells, quadrillions of stars...

Why is it sometimes so impossible life outside our planet?

Chances are that more than any planet, many light years, or who knows, perhaps closer than we think, there is life. This idea I have always thought but never could have ensured that it was possible intelligent life, not before my trip to Mexico in September 2015, which I drew up my first blog entry.

Maybe after reading this post somebody consider I'm crazy, others feel that I'm just making up a story, others I've smoked your friend Maria, others may get to believe me a little, others may be able to agree with me in some ways, but I am sure that if you haven't experienced anything like me you couldn't believe me 100%. I couldn't believe me if I was in your situation. I simply refer you to tell my story, I don't mind that you may think of me or my story. Since I can remember I like to be transparent and honest, therefore considered it appropriate to share with you this experience, no matter further if you believe me or not.



In Veracruz, Mexico, began this story. Upon reaching the place, the people considered normal to speak of extraterrestrial life. The fact is that this issue scared me and the less I knew I could sleep better at night. One of those nights where we do a night tour to control the actions of poachers and see some other '' mama turtle '' to ensure that their eggs were kept in a suitable place began to take some pictures of that time.




I invite you to looking for any detail in the sky...



If you noticed well in the upper left corner some green and red lights are seen. The next day you start to see the pictures you look at them. In this deserted beach there is nothing that can resemble these lights except some surveillance posters are not in that direction.

The photograph below was 30 seconds in which no light is no longer appreciated.



My co-adventure, Yago, insistented in this photograph, he asked the director of the foundation countless times until he decided to speak. I didn't want to hear the whole story, mostly because I didn't quite believe it might.

Over the days, one morning, exactly at three in the morning, I had to with Quat, accompanying the director of the foundation, Ricardo, the 20 kilometers of deserted beach, preferred scenario of sea turtles to put their eggs. Suddenly, Ricardo turned off the engine, I asked what happened and just told me to sit down beside him in the sand on a towel that had spread. I pointed to the sky and that's when my desire to see turtles became eager to be in a good warm bed.

At first I only saw exchange of red, white and green lights. White always circled surrounding the object seemed to move in the sky, which was moving from side to side of the beach. At that time did not believe what I was seeing, I was more afraid that when I opened my eyes the day of my birth, but basically I wanted to think it would be a rare plane that had perhaps changed its route.

At that moment Ricardo decided to tell his story. He shared with me moments of his childhood, in which he assured me that he saw his father talking to different beings, with drawings in the sand. He also shared with me one night patrol, which involved more than 20 people, a ship passed close to the beach and most of logs moved in its path, volunteers were alarmed and went to the camp. Ricardo told me he wanted to go further and decided to take the quad bike and go towards that light. That night he didn't remember anything, he just woke up at 11 am sitting on his motorcycle.

After his story, which I was inadvertently to believe it, I started when I thinked that I had a man almost 50 years shaking my hand. Soon we continued looking at the sky and appeared another object like the previous, with the same alternation of light. This was nothing new, but it was when we realized that the previous ship was waiting for the second. I was surprised even appeared a third, which was also being awaited by the previous two. Finally, the three formed an arrow and soon we see them. You can reach the same conclusion I reached in that time: They couldn't be airplanes, planes do not meet, they try to separate. In addition, those lights were not very ordinary.

Hours passed and fell asleep in that towel, wanted dawn. When the sun started coming out we decided to start something so we started our journey, to look for our turtles. On the way back to the camp, after hours of sunshine and collecting enough eggs with signs of new marine life, it was time to eat. In this meal we shared dishes with one of the two people who founded over 50 years ago that foundation, the mother of the current director. We have our adventures from the night before and she shared her story.

Years ago, when she walked the roads of night surveillance along the beach, he said a ship lit up much of the beach where she was with the other volunteers. They decided to hold hands, and said that she was not able to see other people as such we are always, saw their bones as if those lights were X-rays All this history we have recorded, but I have not seen fit to upload to Internet.

From that moment, Yago and I used to ask anyone on this matter, the truth surprisingly everyone responded normally, there alien theme live with them like a standard topic. A night taxi driver also told us his experience. He saw the same objects that I, as described the same light and the same groups that I saw. I was surprised that without me saying anything, he told him what I had seen earlier days.

Anyway, I can not ensure that there is intelligent life, because I could not communicate with any other being. I refer to my story and experiences that were in it, as well as the experiences that others shared me. After that trip I felt that one of the following two options can be correct, since what I have very clear is that the aircraft never approach including:
1. There is intelligent life outside our planet.
2. The government is dedicated to conducting these patrols.

Whatever it is, I believe that we must think beyond anthropocentrism of the seventeenth century, we are in the XXI century and there despite many scientific advances, life outside our planet seems a taboo subject, as if discussing it was crazy. I think it's time to break away from that idea as classicist and stop being the navel of the universe to try to be the mastermind of this, without forgetting that there is a possibility that we aren't the only one whose can occupy this place.




Mail to any suggestion: lauranocete@gmail.com
Instagram: @laura_npellicer

'' I would paste with superglue the expiration date of my yogurt to egocentrism. ''


L.

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