martes, 29 de noviembre de 2016

Un año sin ti.


Para Daniel Juárez Green,

El 29 de Noviembre del 2015 recibí la peor llamada de mi vida, segundos después la peor noticia. Hoy, un año después, todavía no he conseguido calcular la distancia que existe entre dos personas si no se pueden ver, cuando no sabes dónde está una de ellas ninguna fórmula matemática consigue ayudarte. Si fuera cuestión de kilómetros los recorrería, pero no es el caso. He llegado a la conclusión que al no poder obtener un resultado la respuesta es cero, no existe distancia entre nosotros.

Sé que no existe distancia entre nosotros porque te sigo sintiendo aquí conmigo, aunque muchos días me gustaría poder coger el teléfono y llamarte para preguntarte dónde estás y aunque muchos otros me pierda entre los cajones de mi cerebro para reproducir de nuevo tu voz. Es cierto Dani, no me cabe duda que tu energía sigue entre mi saco de huesos pero no puedo negar que me muera por volver a ver tu sonrisa.

A esto me refiero cuando digo que no todo lo podemos conseguir con dinero, daría todo el que tengo para que vuelvas y aún así no podría conseguirlo, ni yo ni cualquier millonario. Pero por otro lado, me haría rica al volver a verte o escucharte. Tengo ganas de abrazarte.

Estos días son muy difíciles, no te imaginas lo bien que atas los nudos de mi garganta. Lo son aún más para esa familia tan maravillosa que tienes, de personas tan increíbles tú no podrías haber sido menos. Tienes unos padres con el corazón tan grande que consiguen abarcar parte de Marte, unas hermanas y cuñados que te adoran con tan solo recordarte, un sobrino que con solo dos añitos ya es capaz de hacernos sonreír a todos en los peores momentos y también nos sigues teniendo a nosotros, tus amigos estamos más unidos que nunca porque también sabes atar muy bien los corazones. Todos te echamos mucho de menos, no te puedo decir que has dejado un vacío porque has dejado muchos.

Te vamos a recordar hoy todos juntos, lloraremos a solas o codo con codo pero también vamos a sonreír mirando hacia todos los lados por si se te ocurre aparecer por alguno de ellos. Espero que te gustara tanto como a nosotros la carrera que hicimos por ti el pasado domingo, cuida mucho esos dorsales que no queremos que nos dejes sin prueba de ello.

Lo siento, no quiero aburrirte más pero necesitaba desahogarme como tú me enseñaste, a decir y hacer todo lo que quiera cuando así lo sienta. Pronto también publicaré mi libro en tu nombre, si alguna vez planto un árbol no dudes que también lo tendrá pelocho. Te llevo conmigo en cada aventura como a ti te gustaría.

Quería que lo supieras, te siento conmigo pero te echo mucho de menos.

Te voy a querer siempre,
Laura.





No hay comentarios:

Publicar un comentario