domingo, 11 de septiembre de 2016

Amante de sal.

Nunca había estado tan despierta
hasta soñar contigo.

Desde niña me instruyeron
la perfección como objetivo ideal.

Fue entonces cuando tú,
con tu sonido y tu color,
apareciste flotando en mis nubes cerebrales.

Me di cuenta que me habían mentido,
y juro que duele más saberlo después de años.

Te valoré a ti como elemento natural,
a lo largo de mi vida te había tenido,
pero nunca te había visto con los mismos ojos.

Eres mi terapia de escape perfecta,
mi calma y mi locura a la vez.

No me importa si estás en calma o alterado,
nunca antes cuando zarpaba sobre ti me había importado.

No sabía que podía aferrarme tanto a unas moléculas,
unas miseras moléculas invisibles que nuestros ojos las convierten en un color precioso.

No sabría explicar cómo me haces el amor,
quizás porque es algo inexplicable,
me rozas como si fueras a limpiar cada poro de mi piel,
a la vez que intentas secar mi Ph con tu sal.

No dejes de hacerlo nunca,
de noche o de día me gusta igual.

Descubrí que tengo el mejor amante de todos,
él tiene a muchas pero no importa,
cuando algo te hace sentir así de bien no piensas en nada más.

Solo en volver a enredar mi pelo entre tu espuma.

Nuestros besos son diferentes,
sé que los peces me tienen celos
y las sirenas envidia.

Amar el mar,
mar amado,
querer besar el mar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario