domingo, 18 de septiembre de 2016

Purga forestal.

Muchas veces me pregunto si es cierto que tenemos cerebro o es una fábula fantástica todo aquello que tenemos neuronas y existen conexiones entre ellas.

En este momento, me siento enfadada con el aspecto resolutivo de la sociedad, con su forma de arreglar los desastres.

Últimamente se está quemando el planeta entero, y ya no solo me refiero a la personalidad de cada ser humano, me estoy refiriendo a muchas reservas naturales. Es decir, árboles, seres vivos, paisajes preciosos...

Y la solución política parece ser muy deprimente. Solucionan un desastre, el cual ya no sé si pensar que ha sido provocado, consentido o intencionado, construyendo más desastre en esta zona. Ven apropiado edificar, como si aquello fuera a arreglar nuestras vistas. Consideran que las ventanas son las que nos proporcionan oxígeno al abrirlas, ya que no pueden hacerlo los árboles que han sido carbonizados.

Quizás no se han parado a pensar, pero no creo que estuviera nada mal una campaña de conciencia medioambiental. Es más, podríamos repoblar la reserva con nuestra ayuda. Yo, si fuera política me gustaría que los ciudadanos me vieran plantando un árbol, el cual, quizás si no vuelve a ser quemado, nos proporcione aire un poco más limpio para respirar.

¡Para el carro! Eso no es todo, nuestros desastres violentos también parecen resolverse con más violencia extrema. Y sí, también me enfada este tema. No sabemos promover la paz sin que nosotros también seamos protagonistas de otro tipo de violencia.

Un claro ejemplo de ello es un artículo reciente que circula por las redes sociales. Un tal Donald Trump, desde EE.UU., propone hacer un día de purga al año. Así es, se ha quedado más ancho que un ocho. Y efectivamente, purga significa aquello que estáis pensando, todas las bestialidades que se manifiestan en ''La noche de las bestias'' como película. Señoras y señores, ya no solo somos marionetas en varios programas de televisión, si no que se está planteando el hecho de serlo en la vida real. Para quien no sepa de qué estoy hablando, se considera que al existir un día al año en el que los ciudadanos puedan realizar cualquier delito, sin cualquier tipo de autoridad que lo prohiba ni lo considere inapropiado, se conseguirá que disminuyan todas las infracciones el resto de días.

Todo ello generará lo que siempre se acaba buscando en la mayoría de partidos políticos, favorecer a los ricos y desfavorecer a los pobres. Ya no parece importar nuestra vida o nuestros bienes a nadie, en ese momento nos llegamos a convertir en fichas de ajedrez, donde la reina es la que más dinero tiene, más protecciones la rodean, más ideas retorcidas se le antojarían, etc.

Lo más triste no es esta propuesta, es aún más deprimente saber que si de verdad se llevará hacia delante pasarían cosas muy feas. Si de verdad las personas fuéramos tan humanas como creemos ser ese día no pasaría nada, el problema es que no todos hemos recibido la educación adecuada. No me refiero solo a las familias, me intento adentrar ya en un tema más curvado. Estoy hablando de nuestra educación social, todo lo que nos transmiten los medios de comunicación, nuestras escuelas, las prioridades que parecen ser importantes en nuestra vida como mantener el orgullo, la crisis de valores que no parece importar a nadie, así como la muerte sin importancia hacia nuestro planeta y hacia nosotros mismos.

- Estamos llenos de ira, rabia, ansiedad, inconformismo, impaciencia.

- ¿Por qué?


- Quizás debamos tener menos prisa en acabar todo a medias y hacer una sola cosa bien.

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